El informe revela que el 6,9% de los niños y niñas realizan trabajo doméstico intensivo, llevando a cabo tareas como limpiar, lavar, planchar, cocinar, hacer compras y cuidar de sus hermanos de forma habitual. Esta actividad está predominantemente desempeñada por niñas y adolescentes mujeres. Por otro lado, el 9,2% de los NNyA trabajan en actividades económicas, ya sea con un familiar o conocido, o realizando trabajos por cuenta propia como empleados o aprendices. Se estima que 2 de cada 10 adolescentes participan en este tipo de actividades.
En cuanto al trabajo económico, existen diferencias significativas en función de la clase social y una fuerte concentración geográfica en las zonas rurales del país, mientras que el trabajo doméstico se presenta de manera más generalizada en todas las regiones. Además, el trabajo infantil a menudo está asociado con el abandono escolar y ha provocado un déficit educativo en 4 de cada 10 NNyA que han trabajado en los últimos seis años.
El llamado de los defensores de los derechos de NNyA
Los defensores de los derechos de la infancia enfatizan que el trabajo infantil viola múltiples derechos de los niños y niñas. En primer lugar, el derecho a la educación se ve afectado debido a que el tiempo dedicado al trabajo les impide participar plenamente en la vida escolar y socializarse adecuadamente. Además, los NNyA se exponen a riesgos derivados de las tareas laborales que realizan. Marisa Grahan, Defensora Nacional de los Derechos de NNyA, señala que el trabajo infantil es invisibilizado y naturalizado, tanto en Argentina como en el mundo. Grahan destaca que, incluso en la actualidad, el sector agropecuario y los talleres textiles clandestinos son los principales empleadores de trabajo infantil en el país.
El trabajo infantil no solo afecta a los NNyA a nivel individual, sino que también tiene repercusiones negativas en la sociedad en su conjunto. Gustavo Ponce, funcionario de la OIT Argentina, destaca que el trabajo infantil priva a los niños de su infancia, limita su desarrollo y afecta tanto su dignidad como su bienestar físico y psicológico. Ponce señala que esta problemática es multifactorial y está relacionada con factores económicos, políticos y culturales. El factor económico es fundamental, ya que el trabajo infantil se produce en familias que suelen a un déficit de trabajo decente, y el trabajo de los niños contribuye a la economía familiar. Según datos de 2017, el 60% de los niños y niñas trabajaban junto con sus padres.
En cuanto a las políticas de prevención, Ponce destaca la importancia de garantizar que los niños permanezcan en la escuela. También resalta que las medidas de protección social, como la Asignación Universal por Hijo, tienen un impacto positivo en la reducción del trabajo infantil.
Los factores culturales también juegan un papel importante en la tolerancia hacia el trabajo infantil. Ponce menciona que en muchas ocasiones el trabajo infantil no se percibe como tal, sino como una ayuda que fomenta la cultura del trabajo. Sin embargo, advierte que la evidencia muestra todo lo contrario, ya que el trabajo infantil obstaculiza el desarrollo educativo y tiene desventajas en el aprendizaje.
El 12 de junio se celebra el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, establecido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2002. En esta fecha, se busca sensibilizar a los estados y promover acciones para prevenir y erradicar el trabajo infantil. En Argentina, la OIT y el Ministerio de Trabajo han elegido el lema "Prestá atención. El trabajo infantil pasa cerca tuyo" para visibilizar esta problemática y desnaturalizarla.
En ese contexto, se llevará a cabo una campaña en diferentes provincias de Argentina, utilizando dispositivos de realidad virtual para mostrar el problema del trabajo infantil a través de los ojos de tres NNyA. Esta iniciativa busca concientizar a la población y brindar información sobre el trabajo infantil. Además, diversas organizaciones y organismos en Argentina están implementando políticas y estrategias para alcanzar la Meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, que busca eliminar todas las formas de trabajo infantil para 2025.
Hacia un futuro libre de trabajo infantil: La meta de la Agenda 2030
Argentina ha sido reconocida como un país pionero en el desarrollo de políticas para la prevención y erradicación del trabajo infantil. La Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (Conaeti) está ejecutando el Plan Nacional para la Prevención y Erradicación del Trabajo Infantil y Protección del Trabajo Adolescente, que incluye programas como "Buena Cosecha" y "Jardines de Cosecha", destinados a brindar apoyo y cuidado a los hijos de trabajadores en el ámbito rural.
A pesar de los avances, queda mucho por hacer para erradicar el trabajo infantil en Argentina y en el mundo. Es fundamental seguir trabajando en la implementación de políticas efectivas, la sensibilización de la sociedad y la promoción de los derechos de los NNyA. Solo a través de un esfuerzo conjunto y comprometido podremos garantizar un futuro libre de trabajo infantil, donde todos los niños y niñas puedan disfrutar plenamente de su infancia y desarrollar su máximo potencial.
Fuente: Página 12.