El Techo de Cristal: Qué es y cómo podemos romperlo juntas

¿Cuántas personas han sido tus líderes a lo largo de tu carrera? ¿Cuántas de esas han sido mujeres? Muy pocas, ¿no? Eso es el Techo de Cristal, un problema que limita el crecimiento laboral de las mujeres. En Latinoamérica sólo el 15% de los cargos directivos son ocupados por ellas. No es cuestión de capacidades sino de oportunidades.

El Techo de Cristal: Qué es y cómo podemos romperlo juntas

¿Viste cómo venía vestida a la entrevista? Seguro no va a poder con el puesto.

¿Cómo vamos a promoverla a directora? Si ella ya tiene un hijo.

Una mujer no tiene el carácter para este puesto.

Frases como estas, e incluso peores, son las que conforman las paredes y el techo de cristal al que todos los días se enfrentan las mujeres que quieren iniciar en la vida laboral o que buscan impulsar sus carreras.

En la semana de la Mujer, debemos reconocer que estos obstáculos que parecieran invisibles, existen. Hablamos del techo de cristal, el piso pegajoso, la falta de representación en puestos de toma de decisión, las violencias y también de un prejuicio silencioso y sistemático que impide a las mujeres el poder ascender en sus carreras y desarrollarse en equidad de oportunidades.

Es un hecho, empezar en la vida laboral no es fácil. Y si eres mujer o formas parte de una minoría, puede ser aún más complejo.

En la lucha por la igualdad de oportunidades, el feminismo nos recuerda que no existe justificación para discriminar a ningún ser humano y que debemos buscar construir una sociedad más equitativa.

¿Qué es el techo de cristal?

Los sesgos de género, desde el momento en que alguien escribe una oferta laboral, hasta cómo se desenvuelven las personas reclutadoras durante la entrevista, muchas veces las mujeres no tienen oportunidad de demostrar sus capacidades, antes de ser descalificadas por un prejuicio.

Lo más difícil de todo esto es que el prejuicio es invisible y silencioso, algo así como “un pacto”. A esto Marilyn Loden le puso nombre: Techo de cristal. Y esto no pasó recientemente, es más no pasó este siglo. Fue en 1978, en una mesa redonda sobre las aspiraciones de las mujeres, que la consultora acuñó el término.

“Las mujeres parecían incapaces de ascender en sus carreras más allá de los primeros peldaños de una gerencia media. Argumenté que el ‘techo invisible de cristal’, las barreras contra el ascenso culturales y no personales, era lo que obstruía las aspiraciones y oportunidades profesionales de las mujeres”, dijo a la BBC.

¿Lo más preocupante? Esto sigue vigente. De entrada, el inicio no es parejo, a esto se le llama “piso pegajoso”: porque al “despegar”en la vida laboral las mujeres se enfrentan a que solo 50% de las mujeres en edad productiva encontrarán un trabajo remunerado; además, según la OIT, ganarán, en promedio, 17% menos que los hombres en puestos iguales; y tendrán que hacer su trabajo, a la par que dedican 5 veces más tiempo al trabajo en el hogar, identificado también como trabajo de cuidado, el cual no es remunerado.

Hablemos del precipicio de cristal

Aquellas que a pesar de todo esto logran impulsar sus carreras, son pocas. Según LinkedIn, solamente 1 de cada 10 mujeres logra ocupar un puesto de liderazgo y muchas veces bajo condiciones en las que un error de decisión puede tener consecuencias fatales. A esto se le conoce como el precipicio de cristal. Esto se refiere al contexto en el cual las mujeres alcanzan puestos directivos.

Así, las mujeres líderes reciben una compañía en una situación insostenible, según destaca una investigación de 2011, realizada por las investigadoras Susanne Bruckmüller y Nyla R. Branscombe. “Esto crea una profecía autocumplida dañina que apunta a que las mujeres no son aptas para puestos de liderazgo”, explicó Whawell en su artículo.

Para ejemplo, hablemos de Marissa Mayer. Ella es ingeniera informática y en 2012 llegó a Yahoo como Directora Ejecutiva de la empresa, la cual recibió tras años de administraciones fallidas, adquisiciones cuestionables, falta de dirección y de propósito. Las posibilidades de revertir esto eran casi nulas, seguramente ella hizo su mayor esfuerzo, pero ¿realmente había forma de salvar a Yahoo? Los medios especializados piensan que no y esto no tuvo nada que ver con que ella fuera una mujer.

Queremos que rompas el cristal…

Aunque no es fácil, para lograrlo necesitamos más mujeres en tecnología, educación en la equidad, no solo desde casa, también en las empresas, políticas de trabajo flexible, procesos de reclutamiento sin sesgos y promover la paridad de género en puestos de toma de decisión.

ONU Mujeres reporta que aún falta mayor representación de las mujeres en las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) en América Latina y el Caribe y este es el momento en que debemos empezar a cambiar la estadística.

"No podemos cambiar aquello de lo que no somos conscientes, y una vez que somos conscientes, no podemos evitar cambiarlo" Sheryl Sandberg, en Lean In: Women, Work, and the Will to Lead.


Fuente: Platzi