El precio de la carne está subiendo en Argentina y esta tendencia continúa este mes. Según un informe de Labour Capital and Growth (LCG), el aumento en el precio de la carne comenzó a ser observado en los últimos 7 días de enero, impulsando la inflación a un valor cercano al 5,9%, mientras que hasta la cuarta semana de enero, el índice estimado era del 5,4%. Esto se debe a la fuerte incidencia que la carne tiene en la canasta de consumo.
Hay varios factores que están causando el aumento en el precio de la carne, incluyendo una mayor oferta de ganado, una mayor faena y una disminución en la exportación. En un contexto de alta inflación, estos factores hicieron que los precios de la carne se mantuvieran bajos.
Sin embargo, el precio de la carne empezó a subir en los puntos de venta al consumidor, lo que amenaza la capacidad de consumo. La suba se siente más en las carnicerías que en los supermercados, ya que estos últimos tienen un margen para distribuir la diferencia de precio. La suba se debe a que hace 15 días que se ha estado actualizando el valor de la hacienda, que ha subido entre un 30% y un 35%.
El aumento en el precio de la carne tendrá un impacto en la inflación, y el consumidor seguirá sintiendo la suba en su bolsillo. Según Víctor Tonelli, asesor de empresas ganaderas y frigoríficas de carne vacuna, la cadena de la carne aún tiene 20 puntos por recuperar para alcanzar la inflación. Además, solo alrededor del 20% de la suba del 30% en el ganado se trasladó en promedio al consumidor.
Tonelli estima que por un tiempo el precio se mantendrá más o menos estable, con algunas subidas y bajadas en el ganado, y que el consumidor pagará una suba de punta a punta del 25%. Esto incidirá en el IPC, y la carne será un problema para la inflación en los próximos meses y, por ende, para el Gobierno.