El manejo nutricional del niño con autismo es importante para mejorar ciertas conductas y síntomas relacionados con esta alteración neurológica. La causa del autismo es multifactorial, involucrando factores genéticos, ambientales, metabólicos e inmunológicos que afectan el metabolismo de la neurotransmisión cerebral. Los niños autistas son selectivos en su alimentación y se ha observado que los alimentos que ellos buscan y quieren comer son los que les hacen más daño.
Se han propuesto diferentes alternativas de alimentación para mejorar la sintomatología en éstos niños. Una de ellas es la dieta libre de gluten y de caseína, ya que estos pacientes carecen de la habilidad de desdoblar apropiadamente estas proteínas, lo que lleva a la absorción de péptidos parcialmente hidrolizados que afectan al sistema nervioso central. Los péptidos de caseína y de gluten reaccionan con los receptores opioides en el cerebro, imitando los efectos de las drogas opiáceas. La dieta libre de gluten y de caseína consiste en no consumir alimentos en cuya composición esté el trigo, la avena, la cebada, el centeno, así como cualquier derivado de éstos.
La dieta libre de gluten y caseína puede ser una alternativa para mejorar la sintomatología en los niños con autismo.
También se debe tener precaución con los alimentos elaborados, transformados o envasados, ya que al ser manipulados, es difícil garantizar que no contengan gluten. Además, el gluten existe como ingrediente oculto en muchos alimentos, medicinas y hasta en el pegamento con el que se pegan los sobres. Por otro lado, se debe evitar el consumo de colorantes artificiales en la dieta del niño con autismo, ya que se ha reportado un efecto adverso en la conducta de estos niños. Un mecanismo posible que estimula estos efectos negativos es la inhibición de enzimas digestivas por medio de los colorantes.
La dieta adecuada para un niño con autismo debe incluir carne, pescado, aves, huevo (sin yema), margarina, aceite de oliva, de maíz, de girasol de canola, pan y otros productos preparados con harinas de maíz, arroz, yuca, papa, plátano, soya, batata, apio, chayota, auyama, zanahoria, así como sustitutos de la leche como batidos de arroz, ocumo, papa, ajonjolí, coco, almendra y leche de soya.
La dieta debe incluir alimentos como carne, pescado, aves, huevo (sin yema), margarina, aceite de oliva, de maíz, de girasol, pan y otros productos preparados con harinas de maíz, arroz, yuca, entre otros.
Es importante tener en cuenta que los efectos de la dieta libre de gluten y de caseína, si funciona, tienden a ser acumulativos y se debe seguir la dieta durante un tiempo prolongado. La adecuada administración de alimentos y vitaminas es un complemento para mejorar ciertas conductas y síntomas del autismo. Por lo tanto, se recomienda consultar a un nutricionista clínico para diseñar un plan de alimentación individualizado que tome en cuenta la causa del autismo y la clínica del paciente.
Se recomienda consultar a un nutricionista clínico para diseñar un plan de alimentación individualizado.
Fuente: Centro Clinico La Urbina.
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