El violento terremoto del 6 de febrero en Turquía y Siria causó un gran número de víctimas mortales. Según las últimas cifras oficiales, el número de muertos asciende a 35,225. En el sur de Turquía, el sismo de magnitud 7.8 causó 31,643 muertos, mientras que en Siria se contabilizaron 3,581 muertos. La ONU advirtió que el número de muertos podría aumentar aún más.
A pesar de los rescates aún en curso, algunos expertos han pedido precaución en las labores de desescombro debido a la posibilidad de que haya supervivientes y para evitar dañar los cadáveres de las víctimas. Según un geofísico de la Universidad Técnica de Estambul, podría haber hasta 155,000 cadáveres entre los escombros.
Las autoridades turcas han informado de que unas 158,000 personas han sido evacuadas a otras provincias. El incumplimiento de las normativas de construcción y las amnistías dadas por el Gobierno para edificios construidos sin licencia son las razones principales detrás de la enorme cantidad de víctimas mortales, según denuncian los arquitectos turcos.
El presidente de la Unión de Cámaras de Arquitectos e Ingenieros de Turquía afirma que durante los 20 años de gobierno del AKP, el partido del presidente Recep Tayyip Erdogan, se han producido ocho grandes legalizaciones de edificios "inseguros, podridos e ilegales" construidos y habitados sin licencia.
Erdogan anunció durante su campaña para las elecciones presidenciales de 2018 que había resuelto los problemas de viviendas de cientos de miles de ciudadanos gracias a lo que llamó "paz de construcción". Sin embargo, la tragedia actual demuestra lo contrario.
En Siria, tanto el Gobierno como la organización de rescatistas cascos blancos han dejado de actualizar sus balances de víctimas, y otras fuentes citan cifras más elevadas. El Gobierno de Salvación de la alianza islamista Organismo de Liberación del Levante, que controla gran parte de Idlib, el último bastión opositor en Siria, asegura que en solo sus zonas han habido más víctimas de las que los cascos blancos reportan para todas las áreas rebeldes.