"My Sugar Daddy": Un peligroso juego, entre menores y adultos, que encubre posibles abusos o riesgo de trata.

Adolescentes entre 11 y 16 años, "Sugar babe", se ofrecen a hombres mayores, "Sugar daddy", quienes prometen regalos o bienestar económico a cambio de fotos, fantasías y deseos generalmente sexuales. En algunos casos son sólo vínculos virtuales pero en otros hay relaciones presenciales.

"My Sugar Daddy": Un peligroso juego, entre menores y adultos, que encubre posibles abusos o riesgo de trata.

"Si sos linda y jóven, podés conocer a hombres mayores ricos, casarte y vivir un estilo de vida lujoso como el de las películas". d Esto es lo que piensan o les hacen creer a las niñas y adolescentes pero ¿De dónde viene esta idea? Resulta que My Sugar Daddy es la última tendencia que circula en Argentina. La moda se instaló de la mano de una YouTuber de 25 años que muestra en las redes su vida glamorosa al lado de un señor de más de 50 con mucho dinero. La tendencia es importada, comenzó con personalidades famosas de la moda a nivel internacional y, rápidamente, se transformó en un negocio, por ejemplo, para las plataformas que ofrecen hacer de nexo entre un “Sugar Daddy” y una “Sugar Babe”.

My Sugar Daddy es el principal sitio de citas en Europa y ya está disponible en Argentina”, anuncia el portal www.mysugardaddy.com.ar, “My Sugar Daddy es una comunidad de citas para hombres económicamente independientes y mujeres hermosas y seductoras”, agrega. Allí las chicas pueden abrir un perfil para ofrecerse como “dulces bebés” y los hombres como “dulces papás”.

"My Sugar Daddy": Un peligroso juego, entre menores y adultos, que encubre posibles abusos o riesgo de trata.

"My Sugar Daddy": Un peligroso juego, entre menores y adultos, que encubre posibles abusos o riesgo de trata.

"My Sugar Daddy": Un peligroso juego, entre menores y adultos, que encubre posibles abusos o riesgo de trata.

El razonamiento que subyace a esta práctica supone que la mujer linda, joven y dependiente, tiene la posibilidad de recibir como “premio”, el ser cosificada por un varón independiente que la “compra”, para satisfacer sus deseos.

En algunos casos son sólo vínculos virtuales pero en otros hay relaciones presenciales.

El deseo pedofilizado

El fenómeno tiene como epicentro la pedofilia. “Hay una fuerte tendencia en la cultura de infantilizar la sexualidad, y se visualiza por ejemplo en utilizar el término “beboteo” cuando nos referimos a intensiones sexuales, o utilizar los disminuidos o sobrenombres como papi, mamita, bebota, chiquita para hablarle a nuestras parejas sexuales”, explicó a La Marea Noticias Fernando Esteban Lozada, Co-Director de la Asociación Internacional de Librepensamiento.

Esta elección de acudir a la filiación paterna para hablar de sexo no es casual ni extraña, es la base que sustenta la cultura del abuso sexual infantil, que como todas las violencias afecta más a las mujeres que a varones.

“En Argentina una de cada 5 niñas sufrió abuso sexual infantil, mientras que en el caso de los niños es uno de cada 15”, detalló Lozada.

En el caso de los o las adolescentes hay que contemplar que ya tienen la capacidad de decidir sobre sus prácticas sexuales y sus relaciones amorosas. Pero ¿Hasta que punto se puede hablar de consentimiento cuando se trata de personas con edades y experiencias tan distintas?

“Cuando un hombre se ofrece como capaz de brindar regalos o bienestar económico a cambio de juventud, belleza física, etc., intenta establecer una relación de intercambio cosificado. No es una relación de sujeto a sujeto por lo cual el sentir del otro no es tenido en cuenta. Si además está relación se establece con personas donde las diferencias de edades son significativas hay una clara intencionalidad abusiva”, explicó la Psicóloga Clínica María Laura Acevedo.

Para Acevedo es algo similar al sexting, que consiste en enviar mensajes de textos o fotos sexuales, y cada vez se consume más. “No deja de ser un juego que encubre posibles abusos o riesgo de trata. Que se lo vea como un juego es la manipulación para restarle valor al tipo de invitación o seriedad del tema”, aclaró.

ALERTA en Merlo: Advirten posible "Sugar Daddy" entre niñas de 11 a 12 años.

Padres de una escuela primaria, de la Villa de Merlo, sintieron preocupación debido a la posible existencia de un Sugar Daddy por comentarios entre compañeros.

Así mismo, una de las niñas repartía y manejaba cantidades de dinero en efectivo de origen dudoso, según alertaron.

Si bien no se sabía de dónde salió el dinero, en varias oportunidades se comentaba de que la menor lo conseguía enviando, a través de una app, fotos de sus pies. Además de mencionar, en ciertas oportunidades, que tenía un "Sugar Daddy".

Más allá de las dudas, lo importante es el acompañamiento de los padres en el uso de las redes y la tecnología. Interiorizarse de los amigos que tienen en las redes y, si interactúan con otro, que sea alguien conocido. Si interactúan con extraños, que no brinden información sensible o datos personales.

Cualquier prueba es válida: desde mensajes de whatsapp o amenazas en redes. No hay que borrar nada, hay que dejarlos tal cual porque son pruebas. Si se puede, hay que imprimir capturas de pantalla para realizar la denuncia.

¿Qué no hay que hacer?

  • No borrar nada de la computadora o celular: las imágenes, videos y conversaciones sirven como pruebas.
  • No denunciar al perfil acosador en la red social.
  • No amenazar al perfil acosador. Si da de baja su perfil, será más difícil rastrearlo.
  • No hacerse pasar por el niño, niña y/o adolescente con la finalidad de lograr contactarse con el agresor/ acosador.

¿Qué hay que hacer?

  • Acompañar a los más chicos/as en el uso responsable de las redes sociales e Internet:
  • Configurar sus redes sociales en modo privado
  • Aceptar contactos o seguidores que conozcan personalmente
  • No publicar datos personales
  • No usar la webcam cuando chatean con un desconocido
  • No dar fotografías o videos a contactos que no conozcan
  • Ante alguna duda, preguntar a un adulto/a de confianza.