Semana Santa eran las de antes.
El Miércoles. Es hoy, es hoy.
Hoy era el último día que se lavaba toda la ropa, que se juntaba con la vecina a “chusmear”, que se peleaba con los hermanos, que se decía malas palabras, el último para enamorarse, para tomarse unos traguitos en el bar, para usar short o minifaldas, para hacer ruido, para reír, para jugar, para trabajar, para disfrutar, entre otras actividades mundanas. Todo era hoy, porque mañana lo único que se permitía era cocinar. Aunque algunas personas el miércoles ya empezaban con el periódo de la reflexión…
El Jueves y Viernes Santo, no volaba una mosca.
No había opción, se respetaba sí o sí, incluso las radios disminuían su transmisión un 80%, sólo pasaban música religiosa o programas relacionados con la ocasión. El ayuno, la abstinencia y el silencio era total. No comían carne, los hombres no tomaban vino en la cantina y las mujeres usaban vestidos largos. No había ninguna fiesta en este día, es decir que si tus 15 años caían el Jueves y Viernes Santos “Chau 15”, se programaba para otra fecha. Se suspendía toda actividad, todo se paralizaba. Si te daba hambre, ni se te ocurriera pedir comida… tenías que comer de lo que había hecho en la heladera yal que lloraba le decían “A jesús lo crucificaron y no lloró”.
La misa del Jueves Santo, en la cual se conmemoraba la Cena del Señor, la institución del sacramento de la eucaristía y el lavatorio de los pies, daba inicio a la tradición de la visita a las 7 iglesias. Costumbre que data de los tiempos de la colonia, se adora al Santísimo Sacramento expuesto en los altares.
Sábado Santo, día de luto.
Este era un día de luto, ya que se conmemoraba la muerte de Jesús. Mi mamá me contaba que, a las tres de la tarde, mi abuela hacía poner a sus hijos en fila al baño para lavarse la cara. Esta tradición se hacía porque el asearse, durante el jueves y viernes Santo, era considerado un pecado, debido a que el agua se utilizaba como un elemento de purificación. Esto, además, marcaba el fin de las restricciones.
Pascua, Domingo de Resurrección.
El Domingo de Resurrección era un día de fiesta, ya que se celebraba el regreso a la vida de Jesús.
Tras el martirio vivido por Cristo que acabó con su crucifixión, el Señor regresó de la muerte cumpliendo el mandato divino de Dios, probando así que era el salvador de la humanidad.
Debido a este motivo, se organizaban numerosas liturgias y procesiones para recordar los eventos sucedidos, que fueron narrados en la Biblia.
Ahora, Semana Santa 2022.
Las cosas cambiaron y la Semana Santa de esta época es muy diferente. La gente, en su mayoría, dejó de ser estrictamente santularia en los días que se recuerdan la pasión, muerte y resurrección. Sin embargo, hay quienes siguen respetando dichas tradiciones con un poco más flexibilidad.