La madre de Fernando Báez Sosa, Graciela Sosa, habló luego de la lectura de la sentencia en el caso de su hijo. Graciela declaró que salió "muy conforme" con la sentencia que condenó a ocho acusados por el asesinato de su hijo ocurrido hace tres años en Villa Gesell. Aunque sintió "emoción al escuchar prisión perpetua", ella admitió que el dolor por la ausencia de su hijo es "perpetuo" y le resulta "muy difícil" perdonar a los asesinos. La mujer agregó que escuchar que cinco de los imputados fueron condenados a perpetua le trajo “algo de paz”.
Graciela dijo que el hecho de que su hijo fuera asesinado por ocho personas y de manera violenta, la dejó marcada. Ella señaló que "eran ocho contra un indefenso" y que su hijo fue atacado “como en una emboscada”. La madre recordó la forma en que los acusados le dieron una patada y el hecho de que lo llamaron "negro de mierda". Graciela afirmó que “hoy estoy muy conforme y puedo sonreír un poco y seguir como podamos nuestra vida, no es fácil”.
Desde la muerte de su hijo, Graciela se aferró más a su religión y a Dios. Ella explicó que siempre había sido una persona religiosa, pero desde el asesinato de su hijo, se aferró más a Dios rezando el rosario. Graciela dijo que sentía que su hijo desde el más allá la ayuda a estar fuerte y sobrellevar el dolor.
Luego de escuchar la sentencia, Graciela sintió la presencia de su hijo y lo vio "sonriente". La madre contó que sentía como si tuviera que "dejarlo volar para que descanse". Graciela afirmó que como padres, ella y su esposo siempre han tratado de honrar la memoria de su hijo y que están trabajando para seguir adelante y aprender a convivir con el dolor.