En junio de 2020, investigadores de China reportaron que habían diagnosticado una coinfección por gripe y el coronavirus en un paciente, y en septiembre de ese año también se registraron otros casos en los Estados Unidos.
El frío, un ámbito propicio para la Flurona.
Con la llegada del frío, podría haber más riesgo de que se produzcan más casos de coinfecciones “fluronas” en Sudamérica.
Porque el virus de la gripe circula más en otoño e invierno y podría aumentar su impacto en 2022. Para el tratamiento, se controlan los síntomas. Si hay complicaciones, las personas pueden requerir internación y en algunos casos se dan fármacos antivirales.
Cómo tratar el Flurona
En tanto, el doctor Eduardo López, director de la carrera de infectología pediátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y presidente de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica, comentó que:
“El tratamiento de la coinfección dependerá de la situación del paciente. Pero en principio se maneja con más control por el riesgo aumentado de las complicaciones pulmonares. Eventualmente en esos pacientes se podría indicar oseltamivir dentro de las primeras 48 horas para el virus de la influenza, especialmente en individuos con comorbilidades”.
La mujer con la coinfección de “flurona” ya fue dada de alta del hospital y estaba en buenas condiciones. No obstante, el Ministerio de Sanidad estaba estudiando el caso para ver si una combinación de los dos virus causaba una enfermedad más grave.
Similitudes y diferencias.
Si bien se trata de dos infecciones provocadas por virus diferentes, hay algunas similitudes entre COVID-19 y gripe. Tanto para el Covid-19 como para la gripe, pueden pasar uno o más días entre el momento en que una persona se infecta y el momento en que empieza a experimentar los síntomas de la enfermedad, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. Sin embargo, en el caso de una infección por el virus COVID-19, los síntomas pueden tardar más en aparecer que si se tratara de una gripe.
Una persona que padece gripe puede experimentar los síntomas entre uno y cuatro días después de la infección. Mientras tanto, en una persona que padece COVID-19, la aparición de los síntomas se produce unos cinco días después de haberse infectado, pero los síntomas pueden aparecer entre dos y 14 días después de la infección, según los CDC.
Tanto el virus de la gripe como el nuevo coronavirus pueden ser transmitidos por personas antes de que empiecen a mostrar síntomas, por personas con síntomas muy leves y por personas asintomáticas.
Mejor prevenir que curar.
Durante el desarrollo de la pandemia en 2020 y 2021, los casos de gripe bajaron por el distanciamiento social, el uso del barbijo, las restricciones de circulación en las ciudades y otras medidas de prevención que se establecieron para reducir la propagación del coronavirus.
Sin embargo, la relajación reciente de las restricciones facilitó la propagación de los agentes patógenos, y podría se una factor de la aparición del caso de “Flurona”. También se sabe que menos personas se han vacunado en el mundo contra la gripe.
Cuando no se mantiene el distanciamiento social, y dos personas se encuentran a una distancia inferior a dos metros entre sí, las partículas grandes y pequeñas que contienen el virus COVID-19 o el virus de la gripe pueden ser expulsadas por la persona infectada cuando tose, estornuda o habla. De este modo, las partículas pueden propagarse a la otra persona, que puede infectarse con el virus al inhalar los aerosoles.
Cuáles son los síntomas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es posible contagiarse al mismo tiempo de COVID-19 y de gripe. Además, ambos virus comparten síntomas similares, como tos, secreción nasal, dolor de garganta, fiebre, dolor de cabeza y fatiga.
La agencia sanitaria señaló que los síntomas pueden variar entre las personas, y que algunas pueden no tener síntomas, otras pueden tener síntomas leves y otras pueden sufrir una enfermedad grave. Tanto el COVID-19 como la gripe son patógenos que se transmiten por el aire y que infectan los mismos tejidos humanos, según el informe de Nature. Estos tejidos son las vías respiratorias y las células nasales, bronquiales y pulmonares.